
Una Historia de Sabor: 35 Años de la Pizza del Tío Jesse
En el corazón del barrio 5 de Mayo en Hermosillo, existe un tesoro gastronómico que ha resistido el paso del tiempo: la pizzería del Tío Jesse. Mientras la ciudad se ha transformado y modernizado a su alrededor, este negocio familiar ha mantenido intacta la esencia que lo hizo especial desde el primer día.
De sueño a realidad: Los orígenes humildes
"Mi papá fue el del capital. Este negocio fue una necedad de un tío mío, Jesse", nos cuenta Francisco Villarreal con una sonrisa nostálgica. La historia comenzó cuando Jesse, tras trabajar en una de las pizzerías más famosas de Hermosillo, decidió emprender su propio camino. Lo que empezó como una inquietud se transformó rápidamente en un proyecto familiar que cambiaría para siempre el panorama gastronómico del barrio.
Lo más impresionante de esta historia es cómo levantaron el negocio desde sus cimientos —literalmente. "Este negocio está construido ahora sí que desde abajo. Mis hermanos les tocó hacer los ladrillos de esta pizzería a mano y les tocó construir", relata Francisco. En un acto de verdadera dedicación, la familia no solo creó un negocio, sino que construyó con sus propias manos el lugar que lo albergaría.
Establecerse en el centro de un barrio tradicional representaba un desafío considerable. "Es algo muy difícil llegar a los clientes en centro de un barrio, acá en la 5 de mayo", recuerda Francisco. Sin embargo, lo que podría haber sido una desventaja se convirtió en parte de su identidad y encanto.
El secreto del éxito: Sabores únicos y recetas originales
¿Qué ha mantenido a la pizzería del Tío Jesse en el gusto de los hermosillenses durante 35 años? La respuesta está en sus creaciones únicas que no encontrarás en ningún otro lugar. La estrella del menú es la "Yeezy Special", una explosión de sabores que combina jamón, salami, chilorix, champiñones, pimiento verde y cebolla. "Tiene todos los sabores ahí, las carnes frías y los vegetales. Está muy rica esa pizza", describe Francisco con orgullo.
Pero la innovación no se detiene ahí. La pizza "Extranjera", idea del hermano de Francisco, Javier, ofrece una combinación internacional de sabores. Y para quienes buscan algo dulce y tropical, la pizzería reinventó el clásico concepto de la hawaiana: "La tropical no es la típica de todas partes, que es la de jamón-piña. Aquí es jamón-piña, cereza y plátano también."
Una tradición familiar que trasciende generaciones
Lo más emotivo de esta historia es cómo el negocio se ha convertido en parte fundamental de la identidad familiar. Francisco creció entre los hornos y las mesas de la pizzería, absorbiendo cada detalle de su funcionamiento y siendo testigo directo de su evolución. A pesar del tiempo transcurrido, el Tío Jesse sigue siendo el maestro detrás del sazón, manteniendo viva la esencia original que conquistó a los primeros clientes.
A lo largo de tres décadas y media, la pizzería ha enfrentado numerosos desafíos, desde crisis económicas hasta la llegada de grandes franquicias internacionales. Sin embargo, el amor por lo que hacen y el compromiso con la calidad les ha permitido no solo sobrevivir, sino prosperar en un mercado cada vez más competitivo.
El legado continúa
Hoy, la pizzería del Tío Jesse representa mucho más que un simple negocio: es un testigo del desarrollo de Hermosillo, un guardián de tradiciones culinarias y un ejemplo de perseverancia familiar. Cada pizza que sale de sus hornos lleva consigo décadas de experiencia, pasión y dedicación.
Para muchos hermosillenses, no se trata solo de comer una pizza deliciosa, sino de revivir recuerdos y formar parte de una historia que continúa escribiéndose con cada nuevo cliente que descubre este tesoro gastronómico escondido en el barrio 5 de Mayo.
Nota: Esta historia fue documentada por Azteca Noticias, con información de Alana Viña y edición de Alejandro Valenzuela. La entrevista puede verse aquí.